¿Era una dama de alta alcurnia o una astuta cortesana?
Asher Wellingham, duque de Carisbrook, estaba cautivado. Había encontrado a lady Emma Seaton nadando desnuda y, además de en su belleza, se había fijado en la profunda cicatriz de su muslo; una herida que sólo podía ser la marca de una espada. ¿Quién era esa criatura llena de contradicciones? Había algo en ella que le evocaba seductores recuerdos del pasado. Su ropa raída y demasiado grande ocultaba el cuerpo de un ángel, pero ¿qué clase de mujer se escondía en realidad bajo su refinada máscara? Ya fuera una dama de alta alcurnia o una astuta cortesana, Asher sólo sabía que deseaba poseerla.
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