Dos años atrás, en un momento de angustia, Claudia le había dicho a Morgan Stone que el bebé que ella había perdido era su hijo. Ella dejó que Morgan creyera que sus crueles palabras habían sido las responsables de la pérdida.
Ahora Morgan regresaba a su vida... y su mentira estaba a punto de atraparla. Mientras su proposición comercial era estrictamente legítima, sus tácitas caricias embriagaron sus sentidos con el calor de las sensaciones no del todo olvidadas. ¿Era éste un acto calculado de venganza? Y si no fuera así, ¿qué era lo que no dejaba a Claudia decirle la verdad a Morgan?
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De mis novelas favoritas, gracias!
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