Al conde de Carlyle lo apodaban la Bestia y Camille Montgomery conocía bien su mala reputación. Pero, como experta arqueóloga, también sabía que la familia del conde poseía la mejor colección de antigüedades egipcias de Inglaterra. Lo malo era que su atolondrado padrastro también lo sabía… y estaba empeñado en robarla. De modo que, cuando fue sorprendido intentando robar a Carlyle, Camille se vio obligada a vencer su miedo y a enfrentarse valerosamente con el hombre cuya máscara ocultaba, según decían, un rostro repulsivo.
El conde de Carlyle había vivido entre las sombras desde la misteriosa muerte de sus padres. Nunca, sin embargo, había cejado en su empeño de desvelar el enigma que se escondía tras lo que sospechaba fue un doble asesinato. Y ahora que la bella Camille había entrado por azar en su vida, tenía en sus manos el perfecto peón para culminar su mortífero juego de falsedad y venganza. Pero, al tender su despiadada trampa, ¿correría acaso el peligro de perder el corazón?
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