Leigh
llevaba meses retrasando lo inevitable. Debía ponerse en contacto con
Nicholas Kendall para revelarle que la aventura de una noche con su
hermana había tenido como resultado una hija. Ella tenía la custodia de
la pequeña Amy y, por problemas económicos, se veía obligada a recurrir a
un hombre al que despreciaba...
Pero Nicholas no resultó ser tan desagradable como ella imaginaba. Todo lo contrario; era un hombre guapísimo y encantador. Nicholas se encandiló con su inesperada hija e insistió en que las dos fueran a vivir con él. Leigh habría hecho cualquier cosa para no separarse de la niña, pero... ¿casarse con un extraño?
Pero Nicholas no resultó ser tan desagradable como ella imaginaba. Todo lo contrario; era un hombre guapísimo y encantador. Nicholas se encandiló con su inesperada hija e insistió en que las dos fueran a vivir con él. Leigh habría hecho cualquier cosa para no separarse de la niña, pero... ¿casarse con un extraño?
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